08 Mar MILADA HORÁKOVÁ, ABRAZO TU MEMORIA
Tercer milenio, la era de la información y, ¡qué terrible!, sin embargo, muchos no saben, no quieren saber o sabiendo les importa poco, de la pervivencia de regímenes ignominiosos avasalladores de la dignidad humana, escenarios donde sin duda las mujeres son uno de los sectores de población con mayor grado de indefensión por la mentalidad machista predominante. No son pocos tales regímenes. Algunos no ocultan ser dictaduras; otros, se cubren con apariencia de democracias: son las neodictaduras. Unos son lejanos, están allende el mar; otros, cerca, casi vecinos nuestros. Peor aún, aquí mismo asoman con sus fauces abiertas. Todos coinciden en sus promesas de un proyecto redentor, la utopía perfecta; cada uno tiene su mesías, un semidios infalible cuyos errores, pecados y delitos no son posibles pues cuando los comete se convierten en aciertos, inocencias y obras de bien. El hambre y la miseria condenatorios de la mayoría como condición para someterla con facilidad se declaran desde las vocerías del poder como producto de la conspiración de eternos enemigos, llámense judíos, oligarcas, infieles, agentes del imperialismo, vendepatrias, espías o traidores, a quienes se debe combatir sin contemplaciones a través de un aparato represivo policíaco militar y de un poder judicial subordinado. El discurso legitima así los abusos y las arbitrariedades, consideradas entonces como una necesidad por el bien de la sociedad, no solo por gentes iletradas en estado de necesidad, sino también por intelectuales y analistas deseosos de ser parte de la caterva para tener oportunidad.
¿Cuáles son los sortilegios provocadores de tales mutaciones? El más eficaz, la propaganda, esa sobre la cual Hanna Arendt dice en “Los orígenes del totalitarismo”: “Se debe tener precaución en términos de Platón que descubrió el “arte universal de hechizar la mente con argumentos” de los sofistas; también que la persuasión surge de las opiniones, no de la verdad. La diferencia mayor entre los antiguos y modernos sofistas está en que los antiguos se mostraban satisfechos con una victoria pasajera del argumento a expensas de la verdad, mientras que los modernos desean una victoria más duradera a expensas de la realidad. En otras palabras, aquéllos destruían la dignidad del pensamiento humano, mientras que éstos destruyen la dignidad de la acción humana”. Perversión facilitada cuando la gente extravía el sentido común; es decir, cuando decide dar por verdad a la mentira, cuando opta por cerrar los ojos y nublar su entendimiento hasta lograr concuasar la realidad con el discurso, forcejeándola, para entonces defender lo indefendible y batir las palmas, aunque sospeche, conteniéndolas, sus ganar de vomitar.
Son los efectos de la propaganda de las dictaduras y neodictaduras, el pegamento indispensable de los ladrillos integrando los muros invisibles que mantienen lejos de la mirada de la gente a los fragmentos del cuadro incontrastable del fracasado proyecto redentor de los supuestos elegidos o infaltables excluidos del mundo que es en realidad una maquinaria de aniquilación de la dignidad humana, de las libertades y los derechos de cada hombre y mujer alumbrados en mala hora en esa condenada parte de la tierra afligida de esta forma. Es pues la ideología el espeso vaho distorsionados con sus volutas de colores inexistentes la percepción de la forma y la comprensión del fondo del mundo, de nuestro mundo.
Por eso mismo ha sido necesario que NETFLIX ponga la película sobre una ignorada mujer de mirada limpia y consciencia clara para sacarla del rincón del olvido donde la ocultó la misma ideología que la condenó a la horca. Una mujer decidida a defender entregada a la causa de los derechos humanos hasta haber ofrendando por ella su vida, sin claudicación alguna; una jurista sólidamente formada en el derecho, con potente convicción en la justicia de esa causa, en defensa de toda persona frente a cualquier régimen dictatorial; un ser humano de corazón sensible dispuesto a la solidaridad pese a todo y a todos,
A ella refiero mi recordación del Día Internacional de la Mujer, por su testimonio conmovedor e interpelador, cuestionador y convocante sin vuelta alguna posible; testimonio fundido con la lucha de las mujeres obreras por mejores condiciones laborales, por ser incluidas como sujetos en las organizaciones sindicales, por los derechos de los niños; con la lucha de las sufragistas contra el confinamiento obligado de las mujeres al hogar y a los juegos de canasta. En suma, de todas esas luchas a favor del ser humano, en contra de toda forma de abuso y discriminación.
Pongo en el centro de este recuerdo afectivo a Milada Králová, Horáková por matrimonio. Nació el día de Navidad en 1901, en Praga, capital de la entonces Checoslovaquia, dominada por el Imperio Austro – húngaro. Disconforme desde temprano, “su naturaleza y su carácter se ven revelados por el hecho de que apenas a los diecisiete o dieciocho años participaba en eventos públicos cuyo fin era promover la creación de un estado checoslovaco independiente” afirma AmecoPress en publicación digital de 2 de julio de 2020. Graduada de abogada en 1926, fue una de las personas clave del Consejo Nacional Femenino, la organización más importante de las mujeres checas que logró en 2018. En 1929 ingresó al Partido Socialista Nacional Checo, de posición centrista.
Sus convicciones humanistas y su decisión irreductible de defender los derechos y la legalidad la llevaron a sumarse activamente a la resistencia contra los nazis, no solamente en las palabras, sino en su permanente acción solidaria con quienes necesitaron su ayuda. Tal tarea fue la causa de su encarcelamiento durante dos años en la prisión de Pánkrác y posterior internación por tres más en el campo de concentración de Terezín, lo que la apartó de su esposo y única hija, Jana.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial en 1945, fue liberada y se reintegró a la vida civil y política, siendo elegida diputada. En 1948 se produjo el golpe de estado comunista y Milada se convirtió en una de sus más decididas opositoras, denunciando la vulneración de las leyes y los derechos de las personas. Esa posición pone en evidencia la integridad moral de la abogada, pues no obedece a cálculo personal o influencia ideológica de cualquier tipo. El régimen dictatorial decidió acallarla aplicando contra ella y su familia sus harto conocidas estrategias de persecución y aniquilación. El 27 de septiembre de 1949 fue apresada por los agentes de seguridad. Su esposo alcanzó a huir del país dejando a Jana con la hermana de Milada. Todos los bienes de la familia fueron confiscados.
1949 fue un tiempo de comienzo de la represión abierta de las libertades de pensamiento, opinión y asociación en Checoslovaquia. Conforme lo refiere una publicación de Radio Praga de 6 de julio de 2009, “el proceso contra «Milada Horáková y sus cómplices», según lo tildara el régimen comunista, no fue el primer proceso político llevado a cabo en Checoslovaquia después del ascenso fáctico de los comunistas al poder en febrero de 1948, pues durante 1949 se organizaron juicios contra dirigentes de partidos políticos e iglesias y, en general, contra todos quienes no estaban alineados con la línea política-ideológica del oficialismo. La nota especial del proceso contra Milada Horáková fue que por primera vez incluyó a trece personas, de las cuales cuatro fueron condenadas a la pena capital. También fue el primer proceso político sujeto al guión preparado por comisarios soviéticos, según señala el historiador Jirí Pernes. “El proceso contra Milada Horáková y sus supuestos cómplices, todos inculpados de traición, fue completamente inventado con la ayuda de consejeros soviéticos. Para los interrogatorios existían cuestionarios. Y estos contenían no sólo las preguntas, sino también las respuestas”, afirma el académico, prosiguiendo con la descripción de la serie de vejámenes aplicados a las víctimas condenadas anticipadamente con el objetivo de arrancarles una confesión.
Por su parte, Daniel Anýž, autor de un libro sobre Milada, señala que el proceso contra ella tardó apenas ocho días, y que mucho antes de empezar los fiscales sabían que la sentencia sería la pena de muerte, pues es parte de la práctica típica de los regímenes de corte estalinista. Ante la arbitraria decisión, diversas personalidades del mundo occidental pidieron el indulto para la abogada, sin resultado; entre ellas, Albert Einstein, Winston Churchill y Eleonor Roosevelt.
El martes 27 de junio de 1950 en la madrugada, ella subió al cadalso en la misma prisión de Pánkrác. Fue la única mujer entre las 248 personas ejecutadas por el comunismo en los años cincuenta en Checoslovaquia. Por eso en la república Checa el 27 de junio es el Día de las Víctimas del Régimen Comunista.
Con los rostros y los nombres de tantas mujeres víctimas del poder dictatorial, ayer y hoy mismo, en mi corazón, arropando a todas con mi afecto, abrazo la memoria de Milada y ratifico mi decisión de continuar sin tregua en la defensa de los derechos humanos.
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