Gisela Derpic | LOS ENEMIGOS Y AMIGOS DE CUBA
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LOS ENEMIGOS Y AMIGOS DE CUBA

El régimen cubano ve en EEUU su enemigo principal. Le culpa de sus desgracias por aplicarle lo que llama “bloqueo”, “embargo” para sus detractores. “Bloqueo”, de “bloquear” según la RAE es “realizar una operación, especialmente militar, consistente en cortar las comunicaciones de una plaza, de un puerto, de un territorio o de un ejército”. “Embargo” es “retención por orden judicial de un bien perteneciente a una persona, para asegurar la satisfacción de una deuda, el pago de las costas judiciales o el pago de la responsabilidad derivada de un delito, o prohibición del comercio y transporte de armas, materiales de guerra o determinados productos, decretada por un gobierno contra un país”. Ambos son restricciones que aplica una parte, con poder suficiente para hacerlo, a otra. La diferencia radica en que un bloqueo es de hecho y se realiza físicamente, y un embargo, es de derecho y se realiza judicial o administrativamente.

Las restricciones de EEUU a Cuba son comerciales y financieras. Los motivos alegados son tres: 1) la confiscación de empresas norteamericanas entre 1959 y 1960, por 7 mil millones de dólares, sin pago de compensación alguna, a diferencia de la expropiación de empresas de España, Canadá, Francia, Reino Unido y Suiza, a las que el régimen castrista sí compensó; 2) la amenaza a la seguridad nacional de EEUU por la alineación cubana con el bloque socialista y el fomento de movimientos subversivos y terroristas en el mundo, y 3) la violación de derechos humanos dentro de la isla. Comenzaron con reducción de la cuota de compra de azúcar. En octubre de 1960, Eisenhower decretó embargo parcial, con excepción de alimentos, medicinas y suministros médicos, manteniéndose hasta ahora con modificaciones. La ley Helms-Burton de 1996 limita operaciones comerciales de otros países con Cuba, dejando al Congreso competencia para levantar la medida. Obama flexibilizó el embargo, Trump lo endureció y Biden no ha tomado iniciativa de cambio al respecto. El único bloqueo lo decidió Kennedy y se aplicó durante los pocos días que duró la crisis de los misiles nucleares soviéticos emplazados en la isla que puso al planeta en riesgo de desaparecer en 1962.

Hoy las remesas de los cubanos en EEUU, 4 mil millones de dólares año promedio, es la segunda fuente de ingresos de la isla después de la esclavitud de sus médicos en el extranjero; el principal alimento cárnico vendido a la población por el régimen es pollo importado del país del norte; hay 658 sociedades comerciales extranjeras registradas en Cuba a 2014 (no hay datos más recientes); las empresas mixtas monopólicas en servicios turísticos, telecomunicaciones e  intermediación financiera tienen socios extranjeros y las importaciones y exportaciones son corrientes (9001 y 2062 millones de dólares respectivamente en 2019), datos que revelan el límite del embargo, que no es, por tanto, un bloqueo.

Al frente están los amigos del régimen cubano, muy generosos. Un estudio de Carmelo Mesa-Lago muestra que entre 1960 y 1990 sólo la URSS, sin considerar otros países socialistas, dio a Cuba 65 mil millones de dólares, 2/3 tercios como regalo y 1/3 con cargo a devolución, deuda honrada en 0,6%; sin embargo, asumiendo que se devolvió toda, los 43.333 millones regalados equivalen a tres veces y media y más aún a la ayuda otorgada por EEUU a Europa por 12 mil millones de dólares con el Plan Marshall, para reconstruirse después de la Segunda Guerra Mundial, objetivo cumplido con éxito. ¿Qué sucedió con la ayuda soviética a Cuba? Los datos sostienen que en parte pasaron a fortalecer los servicios de salud y educación y, en mayor proporción, se fueron en el despilfarro en la guerra contra el capitalismo mediante propaganda costosa y promoción de movimientos alineados con el socialismo a través de financiamientos directos, adoctrinamiento político – ideológico y entrenamiento militar, como dice Emir Valle en una publicación de la Deutsche Welle del 15 de julio de 2014. Suman megaproyectos fallidos como la inconclusa central nuclear de Juraguá y la “Escuela en el Campo”, 535 gigantescas escuelas, 40 de ellas para becados del Tercer Mundo.  En mayo de 2020 el Diario de Cuba publicó un artículo de Roberto Álvarez: “Se emplearon diez millones de toneladas de cemento, se ensamblaron 2.000 ómnibus rusos (Girón) para transportar a los estudiantes.  Se consumieron 16 millones de toneladas de alimentos y 15 millones de toneladas de combustible. Eso sin contar el equipamiento técnico y docente, uniformes, y todo el cuantioso avituallamiento necesario en general. (…) Al cesar los subsidios de Moscú aquellos enormes inmuebles campestres fueron abandonados. Algunos fueron convertidos en cárceles y otros en viviendas, que siguen vacías por falta de trabajadores que quieran laborar en terrenos llenos de marabú”.

Desaparecida la URSS, vino la crisis profunda por las deficiencias de una economía subsidiada, mantenida desde afuera, con efectos devastadores en el área de los servicios públicos; hasta la aparición del nuevo proveedor en 2000, Chávez, quien destinó a Cuba una ayuda no cuantificada, estimada solamente para 2008 en 9 mil 405 millones de dólares. En su artículo “Venezuela 2015”, Elsa Cardozo comparte la información de la Asociación para el Estudio de la Economía Cubana estimando en 18.000 millones de dólares las transferencias de recursos de Venezuela a Cuba entre 2008 y 2011, dejando sentada la falta de certeza acerca del carácter reembolsable o no de esos dineros. Finaliza refiriendo que entre 2011 y 2013, la isla recibió además 377.000 barriles diarios de petróleo. Como dice Yoani Sánchez, Cuba fagocitó lo que pudo de Venezuela. En 2014 la economía venezolana se hundió y volvió la crisis a la isla. Como el hada matrioshka, el genio de la lámpara de petróleo se esfumó por los aires, sin relevo a la vista. El régimen cubano sigue repitiendo: la culpa de todo la tiene el bloqueo.

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