Gisela Derpic | FUERZA JEANINE
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FUERZA JEANINE

El 12 de marzo de 2021 Jeanine Añez Chávez fue detenida en su domicilio en la ciudad de Trinidad, y recluida preventivamente en La Paz. “Abogada, presentadora de televisión y política boliviana que asumió el cargo de presidenta del Estado Plurinacional de Bolivia con carácter interino​ luego de la crisis política en Bolivia de 2019, desde el 12 de noviembre de 2019 hasta el 8 de noviembre de 2020”, dice wikipedia.org. La crisis política referida es la huida entre lágrimas y alcohol de los dispuestos a quedarse en el poder fraude de por medio al no bastarles la vulneración de la CPE con respecto a la re re re elección, ante la potente movilización ciudadana no violenta de 21 días porque ¡BOLIVIA DIJO NO!

Los 4 juicios ordinarios contra Añez violan la Ley 044 de 8 de octubre de 2010, para el juzgamiento de la Presidenta o Presidente y/o de la Vicepresidenta o Vicepresidente del Estado y otras autoridades. Su detención preventiva y prolongada es arbitraria e ilegal. Sus condiciones que caen en la previsión del Art 1 de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, ratificada por Bolivia el 12 de abril de 1999, suficiente base para acciones legales internacionales futuras contra los responsables.

Se le imputa:

Terrorismo Hechos contra la seguridad común, la salud pública y contra la seguridad de los medios de transporte, la vida, la integridad corporal, la libertad y la seguridad de Jefes de Estado extranjeros o de otras autoridades internacionalmente protegidas, para intimidar o mantener en estado de alarma o pánico colectivo a la población, a un sector de ella u obligar a un gobierno nacional, extranjero u organización internacional a realizar un acto o a abstenerse de hacerlo; subvertir el orden constitucional o deponer al gobierno elegido constitucionalmente. Incluye apoderarse con violencia de aeronave o buque; atentar contra la vida o integridad de persona internacionalmente protegida o atentar contra locales oficiales, residencia particular o medio de transporte de persona protegida; entregar, colocar, arrojar o detonar un artefacto explosivo u otro artefacto mortífero en contra de un lugar de uso público, una instalación pública o gubernamental, una red de transporte o instalación de infraestructura pública; promover, crear, dirigir, formar parte o prestar apoyo a una organización destinada a la realización de las conductas anteriores.

Sedición: Alzarse públicamente y en abierta hostilidad para deponer a algún funcionario o empleado público, impedir su posesión u oponerse al cumplimiento de leyes, decretos o resoluciones judiciales o administrativas, ejercer algún acto de odio o de venganza en la persona o bienes de alguna autoridad o de los particulares o trastornar o turbar de cualquier otro modo el orden público.

Conspiración: Tomar parte en una conspiración de tres (3) o más personas, para cometer los delitos de rebelión o sedición y genocidio.

Genocidio: Dar muerte o causar lesiones a los miembros del grupo, o someterlos a condiciones de inhumana subsistencia, o imponerles medidas destinadas a impedir su reproducción, o realizar con violencia el desplazamiento de niños o adultos hacia otros grupos, con el propósito de destruir total o parcialmente un grupo nacional, étnico o religioso.

Esa es la voz del poder acusando a Añez de semejantes hechos, sin coherencia ni sustento alguno, la misma voz que varias veces ha gritado ¡guerra civil! al lanzarse contra bienes públicos y privados y contra personas; la misma voz que ordenó cercar las ciudades para matar de hambre a sus pobladores; la misma que promovió bloquear el oxígeno en la fase más dura de la pandemia. Esa voz cínicamente llulla, desmentida por todos quienes estuvimos conscientes en 2019, y los informes de misiones y organizaciones internacionales.

Desde marzo de 2021, el ministro de (in)justicia ha declarado pública y reiterativamente la dependencia judicial del ejecutivo. La actuación de los fiscales, jueces y personal penitenciario ha sido y es ilegal y subordinada al poder, sin pudor alguno. Grupos de militantes oficialistas descargan violencia contra la ex presidenta, sus familiares y activistas de derechos humanos, actuando delincuencialmente con impunidad. El cuadro se parece cada vez más al de los países sometidos a regímenes encabezados por los otros amigos de Putín, desdibujados en las brumas negruzcas de un pasado donde “el hombre es el lobo del hombre”, no hay Derecho ni Estado.

Jeanine Añez, la senadora que no escurrió el bulto ante el vacío de poder generado maliciosamente por los cobardes y viajó desde Beni hasta La Paz a tomar tamaña papa caliente; esa mujer todavía joven con sueños legítimos de una vida tranquila y próspera; esa madre que guarda caricias para sus hijos mientras viva, pudo haber puesto sus pies en polvorosa en noviembre de 2020, evitándose la terrible experiencia que le está tocando vivir. No lo hizo, se quedó, y esa es la mayor prueba de su conciencia limpia y el testimonio de su valor civil y fuerza interior que nos llena de orgullo en el día internacional de la mujer, reconociendo su ejemplo de dignidad abrazándole fraternalmente a tiempo de reiterarle nuestro aprecio y apoyo.

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