Gisela Derpic | ESTO ES DICTADURA
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ESTO ES DICTADURA

En estos tiempos postmodernos, de extremo relativismo y desprecio por la razón y la ciencia, una de las tareas preferidas de charlatanes y cabilderos de diversas causas, incluyendo las “emergentes”, es la perversión de la definición de algunos conceptos clave, como el de “democracia”, reducida en boca y pluma de estos personajes no pocas veces carentes de fama y reconocimiento internacional, al mero acto electoral y punto, de modo que la deducción, simple y elemental, es que allí donde se llevan a cabo elecciones, hay democracia. Apoyados sobre tal distorsión no faltan quienes defienden ardorosamente la tesis de que hay democracia en Venezuela, por tomar un ejemplo cercano.

La democracia es una forma de gobierno caracterizada por la limitación del poder en función de los derechos humanos, dentro de los cuales la libertad —en todas sus manifestaciones— ocupa un sitial preferente, cuyo resguardo se garantiza con la separación de los poderes y, en especial, la independencia judicial que asegura administración pronta, imparcial y legal de justicia y control constitucional efectivo. Además, la democracia incluye el funcionamiento de un organismo independiente de defensa de los derechos humanos, así como las garantías para el trabajo de otros, nacidos desde la sociedad civil.

Transversal infaltable: la prensa libre, vehículo de información y denuncia fidedignas para la formación de opinión pública.

La integración de lo expuesto se manifiesta en el Estado de derecho, causa y consecuencia al mismo tiempo, definido como el sometimiento de todos a la ley, bajo amenaza de sanción en caso contrario.

Jeanine Áñez, Marco Antonio Pumari y Luis Fernando Camacho, presos por un delito inventado. Marco Antonio Aramayo y César Apaza, torturados y vejados, el primero hasta ser muerto. Amparo Carvajal, cercada por los esbirros policiales que cuidan a los avasalladores. Son evidencias que ratifican que en Bolivia hay dictadura.

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