Gisela Derpic | EN DEFENSA DE LA LIBERTAD DE RODOLFO, RICKY Y MAURICIO
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EN DEFENSA DE LA LIBERTAD DE RODOLFO, RICKY Y MAURICIO

Por nuestra capacidad racional formamos ideas, opiniones y conocimientos sobre la realidad, y tendemos a comunicarlos a nuestros semejantes. En tal intercambio se identifica los asuntos de interés común respecto de los cuales decidimos hacer cosas juntos, actuar de consuno poniendo en ello nuestra voluntad. Puede entonces aseverarse que una parte fundamental de nuestra esencia humana está conformada por la unidad entre la razón y la voluntad que desemboca en la acción de transformación de nuestro mundo, del entorno. Y esto es política, esa nota identitaria humana que ya Aristóteles descubrió cuando afirmó que somos “animales políticos”.

Sobre tal base se descubre además que la política solo es posible cuando las personas son libres. Sí, libres de pensar, de comunicar lo que piensan, de asociarse con sus semejantes para hacer acuerdos y, finalmente, de actuar juntos. Y esto es democracia, esa manera de tomar decisiones sobre los asuntos públicos y ejecutarlas, en paz, respetando las divergencias; por tanto, en pluralidad.

Tales antecedentes explican que los proyectos autocráticos, en cualquier grado que se manifiesten, tiendan sin remedio al reemplazo de la política por la violencia, esa manera vertical y coactiva de toma y aplicación de decisiones desde el poder bajo un pensamiento único que es impuesto hacia abajo. Siendo así, les es inherente la restricción drástica de las libertades de pensamiento, expresión, asociación y manifestación, aplicada como castigo a los que las ejercen y como advertencia a los que podrían animarse a ejercerlas, para disuadirles. En Latinoamérica esta situación se manifiesta agudamente en las calamitosas experiencias “socialistas del siglo XXI”, eufemismo de “narcodictaduras”.

El 11 de julio de 2021 en Cuba se suscitó un estallido de protesta popular en el cual la gente salió a las calles a expresar con desesperación su reclamo por pan y libertad.  El resultado es a hoy casi un millar de presos políticos condenados a penas privativas de libertad de hasta 20 años por manifestarse -algunos sin siquiera haberlo hecho, como Maykel Castillo Pérez “Osorbo” y Luis Manuel Otero Alcántara- por un sistema judicial dependiente del poder dictatorial que ha convertido su voluntad en leyes antijurídicas. Antes ya hubo casos, como los del influencer Yoandi Montiel “El Gato” que ofendió con su humor a la dictadura, condenado a dos años por desacato, y de Luis Robles, aquel muchacho qué se atrevió a circular por una de las calles céntricas de La Habana levantando un letrero de cartón en el cual había escrito “LIBERTAD”, condenado a cinco años.

Lo acontecido hace apenas unos días en La Paz se suma a las evidencias de que el régimen masista está siguiendo fielmente el modelo cubano. Por manifestarse pacíficamente junto a los médicos, precisamente contra la persecución política vía judicial, tres jóvenes fueron aprehendidos y condenados a detención preventiva por tres meses en el penal de San Pedro. Esa arbitrariedad cometida contra RODOLFO R.O., RICKY F.R. y MAURICIO B.H. tiene una clara intención de disuadir a la ciudadanía de pensar, expresarse, asociarse y manifestarse; es decir, de hacer política, pues el órgano judicial pervertido en estructura represiva operada por paramilitares encargados de vulnerar los derechos humanos y pisotear lo que queda de Derecho en el país, seguirá satisfaciendo las necesidades de perpetuación del régimen en el poder.

Estas señales son inequívocas, revelan la tendencia a la profundización del modelo dictatorial. Se suman a la proliferación de espurias causas judiciales por un golpe que nunca existió, todo alentado por el ministro de Injusticia, cuya cínica actuación pública hace plena prueba de los delitos que viene cometiendo como el sujeto directamente encargado de la subalternización de fiscales y jueces, y de la lesión a los principios básicos de la democracia a través de la promulgación de órdenes bajo forma de leyes y decretos que incrementan el carácter autoritario penal y agreden la independencia de poderes autorizando la intervención del ejecutivo en la administración de justicia, otorgándole atribuciones en aquello denominado “colaboración eficaz”, según el recientemente promulgado DS 4757.

La respuesta desde las filas de la ciudadanía efectiva, comprometida con los derechos humanos y la democracia, es difícil pero ineludible. Tenemos que elevar la voz para reclamar por la libertad de todos los presos políticos, incluidos ahora entre ellos RODOLFO R.O., RICKY F.R. y MAURICIO B.H. Tenemos que apoyar la defensa legal de todos ellos, antecedente para acciones internacionales futuras, registrando los nombres de los esbirros judiciales del poder. Tenemos que pensar por cuenta propia y hablar, verbalmente y por escrito, privada y públicamente. Tenemos que defender nuestros derechos ejerciéndolos.

¡LIBERTAD PARA LOS PRESOS POLÍTICOS! ¡LIBERTAD PARA RODOLFO R.O., RICKY F.R. y MAURICIO B.H.!

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