18 Ago CARTA DE TITO ROMANO A LIBER
Tito Romano, compañero fraterno de Líber, participó comprometidamente en la experiencia de «Nuevos Horizontes». La calidad de la relación que les unió, así como de la experiencia que compartieron, se refleja en la última carta que envió a Líber.
“El viejo Romano saluda con el más cierto y entrañable de los cariños al viejo amigo y al amigo viejo Liber. No, hermano, tu carta no se perdió en los callejones y laberintos que debió atravesar para llegar aquí. Hay un solo culpable de esta demora en la respuesta: mi crónica abulia, mi pereza, mi fiaca longeva que, contrariando el eterno consejo, deja para mañana lo que puede hacer hoy. Ya se sabe: la vejez ataca a cada tipo de una manera especial. A algunos los erosiona por dentro y por fuera, los achica, los achatarra, como es mi caso. A otros los toca superficialmente y más bien parece acicatearlos para que continúen pensando creativamente, imaginando, haciendo, como sería en tu caso.
“No me lamento ni lloriqueo; solamente traduzco los hechos con la mirada puesta en la realidad. Ese omnipotente, misterioso y a veces cruel señor-dios que llamamos tiempo hace su trabajo con calma pero sin pausa. Hay sobre mis hombros una buena cantidad de almanaques más que sobre los tuyos. Y en verdad, me pesan precisamente en sentido negativo. Ando menos, mucho menos por las calles, me veo y alterno con muy poca gente. De los viejos y queridos amigos me quedan aquí solamente dos. Uno de ellos es Lucho Cano, con el que ciertamente no nos vemos con frecuencia pero nos comunicamos telefónicamente.
“Afortunadamente no he perdido el interés por la lectura y estoy siempre estoy en comunión con algún libro, preferentemente releyendo antiguos volúmenes que en su momento me apasionaron, aunque ahora, se me ocurre, con una sensación un poco atenuada, como a casi todo viejo, me animan los recuerdos. Y estos regresan por lo general a Tupiza.
“Creo que allí discurrió una de las etapas más interesantes y felices de mi existencia, Nuevos Horizontes, creación tuya, alimentó vívidamente una gran cantidad de días y noches de mi vida, con hermosos sueños y esperanzas, y no ya ciertamente en una etapa juvenil. Esto hace que aquella experiencia, mirada ahora a la distancia me parezca maravillosa, algo así como un sueño feliz, casi una fantasía. Vuelvo a contemplar sus montañas, su casi siempre perezoso río, sus arboledas y su increíble clima, sin exagerados extremos de frío o calor. Y su cielo nocturno, con tantas estrellas como nunca vi otro, que hacían innecesaria la luz artificial para caminar por sus calles.
“Como apreciarás, hermano, sobrevivimos en dos realidades distintas. La tuya sobrecargada de trabajo, de creaciones, de proyectos. La mía, ociosa, enervada, recluida al lado de mi querida Esther, que me sostiene en todo sentido y me regala renovadas esperanzas. Qué hacerle. Así se dan las cosas y así las tomo. No me sorprenden tu actividad y tus proyectos, porque ese fue siempre tu estilo.
“Recuerdo que en una ocasión, removiendo anécdotas de Tupiza – siempre Tupiza – le decía a Lucho Cano: La verdad es que nadie hizo tanto por la cultura general de Tupiza como Liber. Sería justicia que alguna escuelita o biblioteca allí llevara su nombre. Es posible que algún sobreviviente de aquellos tiempos, un chiquillo entonces, hoy, ya viejo, comente a sus amigos: – aquí en este lugar, estaba la librería e imprenta y el Conjunto Teatral Nuevos Horizontes, era un pequeño grupo de jóvenes argentinos y bolivianos un poco locos y soñadores… en fin, lo hecho, hecho está, y los pocos que quedamos para rememorarlo, lo hacemos conmovidos y felices.
“Escarbo en mi memoria. Allí están las jovencitas Olga y Burke, actrices del Conjunto Teatral, a quienes por ser de Acción Católica, el cura mayor les exigía no concurrir a la librería y alejarse de ese grupo de ateos, y que ellas no obedecían. Allí está el viaje en un camión de todo el conjunto hasta Potosí para poner en escena La Zorra y las Uvas, el drama del brasileño Figuereido. Y las excursiones a los yacimientos mineros con esta misma obra, donde los rudos hombres de los socavones se conmovían y entusiasmaban al presenciar por primera vez en su vida y participar de la magia del teatro, las sabias y rebeldes palabras del esclavo Esopo les habían ver una realidad que habían ignorado y que ahora los lastimaba y los soliviantaba con una indignación que desconocían.
“Bueno, viejo amigo, gracias por no olvidarme y hacerme revivir gloriosos tiempos. Ojalá todos los dioses del Olimpo se pongan de acuerdo para darte toda la energía que necesitarás hasta cumplir tus aspiraciones para un futuro cercano. Piú avanti entonces.
“Un abrazo, con el cariño de siempre. Aquí va también el cariño o recuerdo de Esther.
“Romano
“Febrero de 2004
“Anhelamos fervientemente que te mejores de una vez por todas de la jodida migraña”.
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Posted at 23:09h, 08 diciembreI like everything what is said and I support it a lot. I am glad to be here and to share my opinion.
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